Era una visita. Una vuelta a casa, de esas que el corazón pide de vez en cuando. Obviamente la idea coqueteó muy suavemente y se fue. Era imposible. En plena rehabilitación tras la rotura de los ligamentos y a un año de volver a jugar nadie está en condiciones de jugar un partido. ¿O sí? Se lo preguntamos a él.
Primero hay que poner un marco. Fecha del campeonato, estadio de Calchaquí y Gutiérrez (la cancha que da a Elustondo), equipos en la cancha y el problema más común de todos: falta uno. Al problema de siempre, la solución de siempre: el partido empezaba y el correr de los minutos marcaría qué hacer, si cambiar de apellidos o suspender el encuentro.
Afuera, mirando, Francisco Bottaro Sforza. Pancho para todos. Llegó el primer gol, el segundo, el tercero, el cuarto… Y una frase que nacía del pecho y empezaba formarse en la cabeza: “Un gol más y entro”.
En otras palabras:
-Al equipo le faltaba uno, lo estaban goleando y la pelota me llamaba a gritos.
-¿Qué tan cierto es lo de un gol más y entro?
-Lo dije, dudé un par de veces…
-¿Fue locura o pasión? El permiso del dotor tiene fecha para el año que viene…
-Locura no, pero tampoco creo que llegue a ser pasión. ¿Un impulso?
-¿Entraste a pararte como líbero, de último?
-Sí pero era una mala idea (risas)
-Exactamente. Entonces derecho al arco ¿Estabas para volar?
-Si me quedaba una para volar, sin comprometer la rodilla, lo hacía. Pero atajé parado
-¿Cómo viene la rehabilitación?
-Bárbaro, ya puedo doblar la rodilla incluso más que antes de lesionarme y no hay dolor.
-¿En los papeles hasta cuándo tenés?
-Hasta el año que viene no puedo volver a jugar, pero en un mes ya estoy trotando.
-Punto para la locura. ¿Cómo viste al equipo después de tanto tiempo?
-Fue raro jugar del otro lado, pero la verdad es que lo vi bien. No hubo grandes cambios desde la última vez que vine.
-Fuiste la figura del sábado pasado ¿Lo sabías?
-La figura fue el equipo que supo cómo remontar el resultado y, lo que es más difícil, cómo mantenerlo después. (el equipo para el que entró perdía por varios goles y luchó con mucho huevo para dar vuelta un partido imposible, que terminó ganando).
-Igual, el triple mano a mano que tapaste fue algo de otro planeta…
-(Risas) Creo que los rivales me pateaban despacito porque me veían lisiado… (épicos fueron los achiques en una gamba, de a saltitos)
-En la previa del partido, cuando la posibilidad de jugar era una joda, dijiste que ése hubiese sido un freno para jugar…
-Sí, porque no me hubiese gustado sacar ventaja de. No me gusta.
-Igual siempre hay un mala leche que te patea abajo, cruzado…-Él sabe lo que hizo, lo voy a cagar a trompadas.
-¿Podemos poner fecha de regreso?
-Dos mil trece…
Primero hay que poner un marco. Fecha del campeonato, estadio de Calchaquí y Gutiérrez (la cancha que da a Elustondo), equipos en la cancha y el problema más común de todos: falta uno. Al problema de siempre, la solución de siempre: el partido empezaba y el correr de los minutos marcaría qué hacer, si cambiar de apellidos o suspender el encuentro.
Afuera, mirando, Francisco Bottaro Sforza. Pancho para todos. Llegó el primer gol, el segundo, el tercero, el cuarto… Y una frase que nacía del pecho y empezaba formarse en la cabeza: “Un gol más y entro”.
En otras palabras:
-Al equipo le faltaba uno, lo estaban goleando y la pelota me llamaba a gritos.
-¿Qué tan cierto es lo de un gol más y entro?
-Lo dije, dudé un par de veces…
-¿Fue locura o pasión? El permiso del dotor tiene fecha para el año que viene…
-Locura no, pero tampoco creo que llegue a ser pasión. ¿Un impulso?
-¿Entraste a pararte como líbero, de último?
-Sí pero era una mala idea (risas)
-Exactamente. Entonces derecho al arco ¿Estabas para volar?
-Si me quedaba una para volar, sin comprometer la rodilla, lo hacía. Pero atajé parado
-¿Cómo viene la rehabilitación?
-Bárbaro, ya puedo doblar la rodilla incluso más que antes de lesionarme y no hay dolor.
-¿En los papeles hasta cuándo tenés?
-Hasta el año que viene no puedo volver a jugar, pero en un mes ya estoy trotando.
-Punto para la locura. ¿Cómo viste al equipo después de tanto tiempo?
-Fue raro jugar del otro lado, pero la verdad es que lo vi bien. No hubo grandes cambios desde la última vez que vine.
-Fuiste la figura del sábado pasado ¿Lo sabías?
-La figura fue el equipo que supo cómo remontar el resultado y, lo que es más difícil, cómo mantenerlo después. (el equipo para el que entró perdía por varios goles y luchó con mucho huevo para dar vuelta un partido imposible, que terminó ganando).
-Igual, el triple mano a mano que tapaste fue algo de otro planeta…
-(Risas) Creo que los rivales me pateaban despacito porque me veían lisiado… (épicos fueron los achiques en una gamba, de a saltitos)
-En la previa del partido, cuando la posibilidad de jugar era una joda, dijiste que ése hubiese sido un freno para jugar…
-Sí, porque no me hubiese gustado sacar ventaja de. No me gusta.
-Igual siempre hay un mala leche que te patea abajo, cruzado…-Él sabe lo que hizo, lo voy a cagar a trompadas.
-¿Podemos poner fecha de regreso?
-Dos mil trece…
Y así, sin más precisiones, pero con una gran certeza habló el tipo que atajó (siendo figura) cuando todavía no puede ni trotar. Hoy se cumplen tres meses de la operación de la rodilla y en noviembre hará un año de aquella lesión. Por parte del club hay un gran proyecto para llevar a cabo un partido homenaje y que Francisco juegue como Pancho por su casa.
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